30 Outubro 2012

Veinticinco años de prisión y unos días de vacaciones

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Milcíades Maylin, el único condenado por el crimen del periodista Salvador Medina Velázquez, salió unos días de la cárcel regional de Coronel Oviedo. Sin permiso, desde luego. Lo capturaron y estuvo en forma provisional en el penal de Villarrica, a 178 kilómetros de Asunción. Luego fue trasladado al penal de Emboscada, más cerca aún de la capital de Paraguay.
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Uno de los hermanos de Medina Velázquez, Pablo, corresponsal del diario ABC Color, de Asunción, pudo reconstruir la trama, no revelada a su familia a pesar de estar amenazada, gracias a su oficio, y su olfato, de periodista. “Te imaginas el peligro que representaba para mi familia –dijo–. El juez de garantía de Curuguaty, Silvio Flores Mendoza, me había confirmado tardíamente la versión y, a partir de ese momento, me encargué en forma personal de investigar el caso. El hecho no pudo ser negado por las autoridades penitenciarias.” Insólito. La fuga de Maylin, condenado en primera y segunda instancia a 25 años de prisión, ocurrió en mayo de 2005. Un año después, Medina Velázquez supo que “las autoridades penitenciarias habían ocultado la información”. En el ínterin, el juez de ejecución Adolfo Genes denegó un pedido de Maylin de ser trasladado de nuevo a Coronel Oviedo, de donde se había fugado. ¿La razón? “Varios integrantes de su gavilla siguen operando en Capiibary y Curuguaty –dijo Medina Velázquez–. Es probable que las amenazas telefónicas que continúo recibiendo provengan de ese grupo y de otros sectores; entre ellos, traficantes de marihuana y de rollos de madera. Sobre todo, de los distritos que suelen ser denunciados por medio del ABC Color. Lamentablemente, por una cuestión de procedimiento judicial, resulta imposible determinar el origen de las llamadas.” En Capiibary, precisamente, fue asesinado Salvador Medina Velázquez, el 5 de enero de 2001, mientras iba en una motocicleta con su hermano Gaspar por una calle de tierra. Del costado del camino apareció un enmascarado que, sin mediar palabra, disparó a quemarropa. Era Maylin. El crimen estuvo íntimamente asociado con las denuncias que formulaba Salvador sobre actos de corrupción por la emisora comunitaria Ñemity FM, de la cual era presidente. Algunas de esas denuncias habían sido investigadas por su hermano Pablo y publicadas en el ABC Color. Desde entonces, la familia Medina Velázquez recibió constantes amenazas de muerte por teléfono, no atendidas por las autoridades policiales y judiciales. El fondo del asunto Uno de los prófugos, Rolando Miranda, tiene orden de captura recomendada en todo el país. Supo Medina Velázquez que habría estado predicando como pastor evangélico en San Estanislao, departamento de San Pedro, a 100 kilómetros de Capiibary. Supo también que habría sido quien ocultó el arma con la cual Maylin cometió el crimen. Pertenecía, en principio, a Luis Alberto Franco, hijo del ex seccionalero (dirigente del Partido Colorado) Justo Franco, acusado, a su vez, de traficar rollos de madera de la Reserva Natural que administra el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay en Capiibary, a unos 250 kilómetros al norte de Asunción. En su momento, Maylin habría estado dispuesto a revelar los detalles del crimen, identificado en 2001 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización de Estados Americanos (OEA), como un reflejo de las dificultades y de los riesgos que implica ejercer el periodismo en Paraguay. La familia Medina Velázquez, en especial Pablo, apeló a todo para dilucidar un caso que, por el tiempo transcurrido, adquirió ribetes insólitos tanto por la fuga de Maylin como por la demora en llegar al fondo del asunto. El fondo del asunto es el motivo por el cual Maylin mató a su hermano y quiénes fueron sus cómplices, así como los autores intelectuales si los hubiera. De Giorgio Bongiovani, periodista italiano que asegura estar estigmatizado por la virgen de Fátima, dependía ahora su confesión. El expediente de Maylin, mientras tanto, se encuentra desde 2003 en la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. En espera, del fallo definitivo. Su abogado defensor, Joaquín Díaz, planteó un recurso de revisión de las resoluciones del Tribunal de Sentencia y de la Cámara de Apelaciones. En los registros penitenciarios, según Pablo Medina Velázquez, quedó constancia, el 27 de mayo de 2005, del traslado de Maylin al penal regional de Villarrica y, casi seis meses después, el 15 de noviembre de ese año, al penal de máxima seguridad de Emboscada. En algún momento, parece, regresó a Coronel Oviedo. En algún momento, entonces, se tomó unos días de vacaciones. Y, lo peor de todo, nadie se enteró.

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