19 Outubro 2011
La violencia, el crimen y la falta de justicia por esos delitos, mayor peligro para periodistas en las Américas
El peligro más grave que deben enfrentar los periodistas es el de la violencia física y los crímenes, concluyó la SIP tras cinco días de deliberaciones durante su Asamblea General que finalizó ayer en Lima, al considerar que la falta de justicia que rodea a estos crímenes es uno de los factores más importantes para mantener viva la trágica ola de agresiones contra los profesionales de la prensa que se arrastra ya por décadas y mantiene una vergonzosa impunidad para sus autores.
El peligro más grave que deben enfrentar los periodistas es el de la violencia física y los crímenes, concluyó la SIP tras cinco días de deliberaciones durante su Asamblea General que finalizó ayer en Lima, al considerar que la falta de justicia que rodea a estos crímenes es uno de los factores más importantes para mantener viva la trágica ola de agresiones contra los profesionales de la prensa que se arrastra ya por décadas y mantiene una vergonzosa impunidad para sus autores.
La organización hemisférica que revisó entre el 14 y el 18 de octubre el estado de la libertad de prensa en la región, agregó que algunos grupos organizados de narcotraficantes recurren a estos métodos sin detenerse ante el asesinato, lo que ha significado que 21 profesionales de los medios perdieran la vida en este semestre como consecuencia directa de sus actividades.
El documento final de la SIP detalló que los asesinatos de periodistas han alcanzado su mayor frecuencia en Honduras y México, donde fueron asesinados cinco profesionales en cada uno de esos países en los últimos meses. Los crímenes son el reflejo de un clima de agresión y atentados, caracterizado por amenazas en contra de los profesionales y los medios independientes, con el fin de intimidarlos y, en último término, silenciarlos.
Desde abril a la fecha se registraron también asesinatos en Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Perú y República Dominicana. La SIP también expresó su alarma de que en todos esos países, y en otros donde antes se han registrado crímenes similares, se mantiene una vergonzosa impunidad para sus autores. Incluso en países como Colombia, México y Paraguay, se van cumpliendo los plazos de prescripción legal de los homicidios cometidos hace veinte años, sin imputados ni condenados, lo que significa que estos horribles asesinatos quedarán ya definitivamente sin castigo.