24 Setembro 2011

Sistema de enfoque de las Naciones Unidas sobre la seguridad de periodistas y la impunidad

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La UNESCO organizó dos días de reuniones del sistema de cooperación de las Naciones Unidas, del 13 al 14 de septiembre del 2011, para analizar la cuestión de la seguridad de los periodistas y la impunidad de los crímenes contra éstos. El objetivo de las reuniones fue delinear un plan de acción global, por parte de los organismos de las Naciones Unidas, para combatir la impunidad y mejorar la seguridad de los periodistas, aunando los esfuerzos de las ONG y las organizaciones internacionales.
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La UNESCO organizó dos días de reuniones del sistema de cooperación de las Naciones Unidas, del 13 al 14 de septiembre del 2011, para analizar la cuestión de la seguridad de los periodistas y la impunidad de los crímenes contra éstos. El objetivo de las reuniones fue delinear un plan de acción global, por parte de los organismos de las Naciones Unidas, para combatir la impunidad y mejorar la seguridad de los periodistas, aunando los esfuerzos de las ONG y las organizaciones internacionales. Raghu Menon, de la India, presidente del Programa Internacional de la UNESCO para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC), inauguró el primer día de reuniones, que incluyó a relevantes organizaciones no gubernamentales, recordando que “poner fin a los crímenes contra periodistas y a la impunidad de sus autores exige una estrategia global”. Estas reuniones siguieron a un reclamo, en marzo del 2010, de Irina Bokova, directora general del Consejo Intergubernamental del PIDC de la UNESCO, para aprovechar el mandato de la organización a fin de promover la libertad de expresión, y convocar a una sesión de estrategia conjunta de las agencias de la ONU. Bokova expresó en su discurso de bienvenida que “la violencia contra los periodistas es uno de los más graves peligros para la libertad de expresión” y que “la última década ha visto el aumento de la impunidad de esos delitos”. Señaló que la reunión tenía por objeto “formular un plan integral, coherente y orientado a los resultados, para la seguridad de los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación y para corregir la impunidad de los autores de agresiones en su contra”. Rodney Pinder, director del International News Safety Institute (INSI), moderó el primer panel de discusión sobre la seguridad de los periodistas en todo el mundo. Al principio hizo críticas afiladas, pero también ofreció consejos concretos. Indicó que la Resolución 1738 del Consejo de Seguridad sobre seguridad de los periodistas, aprobada casi cinco años atrás, había fracasado en muchos aspectos. Las muertes de periodistas continúan (alrededor de 100 cada año), y la tasa global de impunidad llega a un sorprendente 80-90 por ciento. Según Pinder, la Resolución 1738 no tuvo en cuenta la realidad de que la mayoría de los ataques contra periodistas no sucede durante conflictos armados, sino se produce contra periodistas locales que informan las historias locales sobre temas cotidianos como política, negocios turbios, corrupción o tráfico de drogas. Pinder también solicitó que el Secretario General de la ONU preste mucha más atención a la cuestión de la seguridad de los periodistas. “El Secretario General tiene un mandato en virtud de la Resolución 1738 para informar sobre la seguridad en general, y la seguridad de los periodistas y demás personal de noticias”, afirmó Pinder. “Nos gustaría ver este informe — el año pasado sólo un párrafo en el informe de 32 párrafos del Secretario General sobre muertes de civiles en conflicto— mucho más ampliado y con mayor relevancia. Los países infractores deben ser ‘mencionados y avergonzados’ y los principales ataques a los periodistas deben relacionarse, como en otras partes del informe”. Asimismo, abogó por más entrenamientos en seguridad en los programas de desarrollo de los medios de comunicación e instó a los países donantes a considerar el historial de un país antes de conceder ayudas. Hubo bastante acuerdo en el salón y ciertos temas descritos por Pinder se repitieron a lo largo del primer día: -la necesidad de proteger a los periodistas en todas partes, no sólo en zonas de guerra, sino también en situaciones de “no-conflicto” (posiblemente reformar y ampliar la Resolución 1738), -nombrar y avergonzar a los criminales y a los países que no protegen a los periodistas y respaldan la impunidad, así como tomar medidas con los infractores, -hacer aplicar las leyes existentes, -prestar mayor atención al problema, -celebrar reuniones periódicas para evaluar la situación de seguridad de los periodistas, -aumentar la coordinación entre organizaciones no gubernamentales, agencias de la ONU y gobiernos. Kwame Karikari, director ejecutivo de la Fundación de Medios de África Occidental, también manifestó que está dentro del papel de la ONU “mencionar y avergonzar” a los gestores de la violencia. Dijo que, gracias a la labor de las ONG en África Occidental, ha habido una cierta disminución de los ataques más violentos contra los periodistas, pero que hay nuevas leyes y tendencias que amenazan la libertad de prensa. La intolerancia política, la corrupción, el crimen organizado y las narcomafias son todos problemas importantes, apuntó. Su recomendación, aprobada en general por los participantes, fue no tanto crear nuevas normas, como hacer cumplir las ya existentes. Una recomendación británica, formulada antes de la conferencia, de una nueva convención internacional para definir lo que es un periodista —que rememoraba, en efecto, viejas controversias en la UNESCO sobre la licencia internacional de periodistas— fue retirada, con antelación y en silencio, de los documentos preparados para las sesiones. En la reunión, Gayathry Venkiteswaran, director ejecutivo de la South East Asia Press Alliance, también habló de la corrupción y el problema de la impunidad en la región. Jorge Canahuati, presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Sociedad Interamericana de Prensa, describió la deprimente situación en América Latina. “América Latina está perdiendo la batalla de la seguridad de los periodistas”, afirmó. “Los asesinatos van en aumento”. También explicó el proyecto de lucha contra la impunidad de la SIP, el cual ha tenido “algunos éxitos” (se han elevado los procesos por crímenes contra periodistas) y “muchas frustraciones” (por la falta de voluntad política). Canahuati pidió penas más severas y la eliminación de la ley de prescripción de los crímenes contra periodistas. Pansy Tlakula, Relatora Especial sobre Libertad de Expresión de la Unión Africana, indicó que la mayoría de los crímenes contra periodistas en África se han cometido durante períodos electorales. Dijo que deben ser derogadas las leyes por difamación y leyes de secreto, ampliarse la legislación contra la incitación al odio, y establecerse la independencia judicial para proteger a los periodistas de manera efectiva. Sin independencia judicial, expresó, “no podemos vencer la impunidad”. Manifestó que hay una necesidad de reforzar la coordinación entre las Naciones Unidas y los organismos regionales para ayudar a combatir los problemas. En lo que respecta a la derogación de las leyes de desacato y la despenalización de la difamación, expresó que se había inspirado en la Declaration of Table Mountain promulgada por la Asociación Mundial de Periódicos y el World Press Freedom Committee, entre otros. Refiriéndose a las propuestas de una nueva convención internacional, señaló: “¿Necesitamos otro instrumento? No lo creo. Si no podemos aplicar los instrumentos que ya tenemos, entonces no vamos a conseguir nada”. Dunja Mijatovic, representante para Libertad de los Medios de Comunicación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, habló acerca de una “cacería de brujas contra los periodistas de todo el mundo”, y expresó que a pesar de tener acuerdos firmados, muchos países no tienen la voluntad política de hacerlos cumplir. Para Mijatovic, el primer paso es lograr que los países despenalicen la difamación “para demostrar que son serios acerca de la protección de los periodistas”. Propuso conseguir que la Comisión Ejecutiva de la Unión Europea, Consejo de Europa y la OSCE, trabajen juntos en ese objetivo. “Podemos inventar herramientas, pero si no hay una comprensión básica preexistente de las libertades, entonces sólo tendremos palabras vacías en el papel”. Recomienda “señalar con el dedo” y presionar a los gobiernos, avergonzándolos, para que cambien. “No creo que la diplomacia silenciosa funcione en este campo”. Dijo que se debe urgir a los países con leyes penales de insultos o difamación, que no son invocadas, a que las deroguen por completo. Cuando la cuestión se plantea con los gobiernos, apuntó, “La respuesta, “la tenemos, pero no lo usamos’, no funciona”. También rechazó la idea de una nueva convención internacional. “No creo que necesitemos nuevos instrumentos. No respetamos los instrumentos que ya tenemos a nuestra disposición”. Adam Rogers, del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, afirmó que los crímenes contra periodistas deben ser juzgados como crímenes contra la humanidad. Para Annie Game, directora ejecutiva de International Freedom of Expression Exchange (IFEX), el tema número 1 es la impunidad. Propuso una campaña mundial contra la impunidad y anunció la creación de un Día Internacional anual, el 23 de noviembre, para acabar con la impunidad. Jean-Paul Marthoz, consultor principal de Europa del Comité para la Protección de los Periodistas, pidió que las agencias de la ONU aborden la seguridad de los periodistas como una prioridad, y señaló que más del 40 por ciento de los periodistas asesinados fueron amenazados de antemano. Al igual que Mijatovic, habló de la falta de cumplimiento por parte de los gobiernos, y sugirió que el Secretario General de la ONU tome particular nota de aquellos que no responden a las solicitudes de información y que se publique un informe público con las violaciones de la libertad de prensa. Hizo un llamamiento para nombrar monitores especiales que asistan a juicios en los países donde hay procesos frecuentes contra periodistas. Alison Bethel McKenzie, director del Instituto Internacional de Prensa, también pidió la derogación de las leyes penales de difamación y la unión de esfuerzos de las organizaciones de noticias, la sociedad civil, las organizaciones intergubernamentales, los gobiernos y la policía. Ronald Koven, del Comité Mundial de Libertad de Prensa de Freedom House, coincidió en que no se necesita una nueva convención internacional. Protestó por el hecho de que, en el segundo día de reuniones, una reunión de trabajo entre representantes de las agencias de la ONU para elaborar un plan de acción, estuvo cerrada a los observadores de las ONG periodísticas. “En mis 30 años de seguimiento de estas reuniones ”, indicó Koven, “es la primera vez que veo una reunión que interesa a periodistas, cerrada a éstos”. Entonces, Janis Karklins, subdirectora general de Comunicación de la UNESCO señaló que la reunión estaría abierta a los observadores. Koven también pidió la revitalización de la “línea directa” del Comité Internacional de la Cruz Roja, con sede en Ginebra, para los periodistas que están detenidos o pasan por cualquier otra dificultad con las autoridades. Un representante del CICR dijo que había recibido 50 llamadas desde el inicio del 2011. Koven expresó que eso demuestra que está “muy subutilizada” e insuficientemente conocida. Rodney Pinder, del International News Safety Institute, reconoció en privado que ni siquiera él sabía de su existencia. Jean-François Julliard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, destacó varios países problemáticos, como China y Cuba. Se quejó de la presencia en París ese mismo día del presidente de Ruanda, Paul Kagame, en visita oficial a Francia. Lo anterior provocó varios “derecho de respuesta” por parte de diplomáticos de los estados miembros de la UNESCO que asistieron a la reunión, entre ellos Camerún, Cuba, Senegal y Ruanda. Un delegado de Camerún preguntó: “¿No es el periodismo un refugio para aquellos que han fracasado en otros lugares? ¿Para los delincuentes de prensa?”. Un representante de Cuba habló de “malas experiencias con declaraciones inaceptables de parte de las ONG”. Algunos miembros de la Secretaría de la UNESCO resintieron en privado la declaración de Julliard. Otras organizaciones no gubernamentales que participaron son Access Info Europe, Artículo 19, Federación Internacional de Periodistas, International Media Support, Open Society Institute, la Asociación Mundial de Periódicos; entre las organizaciones intergubernamentales, la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y el Banco Mundial. Relatores Especiales sobre libertad de prensa del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Frank La Rue, y de la Organización de Estados Americanos, Catalina Botero, también intervinieron. Un proyecto de Plan de Acción elaborado a partir de la reunión y revisado el segundo día, documento de siete páginas, propone detallada y concretamente “acciones” para mejorar la seguridad de los periodistas y combatir la impunidad. Esas medidas incluyen aumentar la coordinación dentro de la ONU y entre las organizaciones de las Naciones Unidas y otras, especialmente las ONG, alentar a los Estados miembros a cumplir las decisiones del PIDC de la UNESCO, elevar la concientización y fomentar iniciativas de seguridad. Sylvie Coudray, jefe de la unidad Libertad de Expresión de la UNESCO, abogó por la condena sistemática de los asesinatos de periodistas, la diplomacia silenciosa y el trabajo discreto con los Estados miembros para acometer las reformas. Pidió además trabajo de concientización: más campañas como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, capacitación y publicaciones. Indicó que la corrupción afecta a los periodistas. Señaló que existe la necesidad de capacitación sobre situaciones de riesgo. Dijo que la UNESCO ha estado trabajando intensamente con organizaciones no gubernamentales, IFEX, Reporteros sin Fronteras, en la publicación de una guía para periodistas que trabajan en zonas de conflicto. Ésta ha sido traducida a 14 idiomas y es un “bestseller”, apuntó. Vladimir Gai, del PIDC (antes experto de la delegación soviética en cuestiones de comunicación), señaló: “La UNESCO ha estado trabajando durante años, comenzando con el Nuevo Orden Mundial de la Comunicación”. Kiyo Akasaka, Asistente Especial del Secretario General Ban Ki-moon, se comprometió a informar sobre los detalles de las deliberaciones a su regreso a la sede de la ONU en Nueva York: “Lamento no haber sabido mucho acerca de todo lo que están haciendo. Realmente veo la necesidad de compartir esta información sobre lo que hacen . Esta reunión ha sido muy útil. Me gustaría ver este tipo de coordinación organizada con regularidad”. Akasaka declaró que existe necesidad de mayor capacitación en torno a la seguridad de los periodistas, imperio de la ley y despenalización de las leyes de difamación. Expresó que en la sede de la ONU, muchas más personas implicadas podrían ser invitadas a las ceremonias anuales por el Día Mundial de la Libertad de Prensa el 3 de mayo y que se podrían organizar más reuniones entre la UNESCO y el Departamento de Información de la ONU. Afirmó que el secretario general está muy interesado en el fortalecimiento de la seguridad de los periodistas. Hubo sugerencias de que reuniones similares sobre seguridad / impunidad deberían convertirse en una práctica anual.

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