30 Outubro 2012
El último apaga la luz
Con la inminente liberación Horacio Anselmo Braga, el último miembro del grupo Los horneros que quedaba detenido por el crimen de José Luis Cabezas, el caso en sí ha vuelto casi a foja cero.
Con la inminente liberación Horacio Anselmo Braga, el último miembro del grupo Los horneros que quedaba detenido por el crimen de José Luis Cabezas, el caso en sí ha vuelto casi a foja cero. Es decir, a una impunidad rayana en la injusticia, como dejó entrever la madre del fotógrafo asesinado, y después calcinado, el 25 de enero de 1997, Norma Cabezas, vanos sus ruegos previos ante los tribunales de la provincia de Buenos Aires por evitar este desenlace.
La liberación de Braga, pendiente de un depósito de caución de 20.000 pesos (poco menos de 7000 dólares), ha sido una decisión de la Cámara de Apelaciones de Dolores, provincia de Buenos Aires. La orden en sí ya ha sido transmitida al Servicio Penitenciario Bonaerense; está alojado en la Unidad 9, de la Plata, capital de la provincia. Todo depende ahora de trámites bancarios.
En medio de su desconsuelo, Norma Cabezas pidió a la Suprema Corte de Justicia de la provincia que deje firmes las condenas originales, pues, si no, vamos a morir viendo a todos los culpables en libertad. Braga pasó a ser el último de los llamados horneros en ser liberado por una razón: también fue el último del grupo en entregarse a la policía.
Sobre él pesaba otra causa por tentativa de robo en La Plata, motivo por el cual se demoró su beneficio. Cual perlas de un mismo collar, la liberación de Los horneros comenzó con José Luis Auge, en diciembre, y continuó con Gustavo González, a fines de febrero. El cuarto miembro, Héctor Retama, murió en prisión.
Todos ellos habían sido considerados los autores materiales del secuestro y de la brutal ejecución de Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias, de la ciudad de Buenos Aires, cuyo retrato del empresario postal Alfredo Yabrán, publicado en la portada, habría sido algo así como su acta de defunción. Yabrán, vinculado con negocios del poder de turno, se suicidó cuando la policía iba a apresarlo.
Los horneros fueron condenados originalmente a prisión perpetua, pero el Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires redujo las condenas. La de Auge bajó a 18 años de cárcel, mientras que González y Braga recibieron penas por 20 años. De ahí que, por una gracia judicial llamada dos por uno (cuenta dobles los días que pasaron tras las rejas sin sentencia) y por el cumplimiento de las dos terceras partes de sus respectivas penas, quedaron habilitados para pedir la excarcelación.
El tribunal también redujo las condenas de otros imputados en la causa: Gregorio Ríos, ex custodio de Yabrán, condenado como instigador del crimen a 27 años de prisión, y los ex policías Sergio Camaratta, condenado a 25 años de prisión, y Aníbal Luna, condenado a 24 años de prisión. El oficial de la policía bonaerense Gustavo Prellezo recibió reclusión perpetua; es el único cuya condena no mereció atenuante alguno.
Por una caución de 20.000 pesos también había quedado en libertad González poco antes que Braga.
Los familiares de Cabezas dijeron que acudirán a la Corte Suprema de Justicia de la Nación el máximo tribunal provincial ratifica las medidas dictadas por Casación. Por lo pronto, el último de los horneros apaga la luz.