25 Janeiro 2010
¿Cuándo murió José Luis Cabezas?
No lo sabemos con precisión, pero no fue el 25 de enero de 1997 cuando unos asesinos a sueldo lo incineraron en una cava cercana a Pinamar. Creemos que lo empezaron a matar mucho antes. Quizás en el momento en que los grandes medios tomaron la decisión de no investigar la corrupción política del menemismo, el enriquecimiento de los jefes sindicales, la maldita policía o a la mafia yabranista enquistada en el poder. Con el silencio cómplice, dejaron en soledad a todos los Cabezas que sí ejercían de verdad el periodismo. El crimen fue contra José Luis, pero pudo haber sido contra cualquier otro miembro de la redacción de NOTICIAS o contra los periodistas independientes que cumplían con su razón de ser.
No lo sabemos con precisión, pero no fue el 25 de enero de 1997 cuando unos asesinos a sueldo lo incineraron en una cava cercana a Pinamar. Creemos que lo empezaron a matar mucho antes. Quizás en el momento en que los grandes medios tomaron la decisión de no investigar la corrupción política del menemismo, el enriquecimiento de los jefes sindicales, la maldita policía o a la mafia yabranista enquistada en el poder. Con el silencio cómplice, dejaron en soledad a todos los Cabezas que sí ejercían de verdad el periodismo. El crimen fue contra José Luis, pero pudo haber sido contra cualquier otro miembro de la redacción de NOTICIAS o contra los periodistas independientes que cumplían con su razón de ser.
Las marchas que pedían justicia, que se multiplicaron durante meses en todo el país, hacían suponer que la sociedad también entendía que no se había matado sólo a un fotógrafo, sino a todos aquellos que permitían el derecho de la sociedad a informarse libremente, para conocer todo, pero en especial lo que quienes controlan el poder no quieren que se conozca.
En febrero de 1997, un mes después del crimen, Jorge Fontevecchia escribía: La máquina de investigación de NOTICIAS la componen alrededor de 50 periodistas. Un diario de los grandes cuenta con más de 200 periodistas. Es legítimo preguntarse: ¿por qué una redacción de 50 personas descubre, recurrentemente y a lo largo de tantos años, informaciones graves que siempre se le escapan a una redacción que la cuadruplica en tamaño?
Al final de aquella editorial, el fundador de esta revista concluía con la frase que tituló aquel reclamo social: No se olviden de Cabezas. Las razones de su pedido hoy parecen conservar toda su vigencia: Pero no se olviden de por qué lo asesinaron. No se olviden de reclamarles a los diarios coraje para comprometerse con los temas difíciles en el momento que ocurren y no después. No se olviden de que los gobernantes deben ser eficientes sin hacer trampas. No se olviden de que la corrupción genera mafias. Entonces sí, Cabezas no será olvidado.