24 Novembro 2008

Becarios de la SIP se preparan para evitar riesgos y trabajar con mayor seguridad

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Treinta y un periodista becados por la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, tienen esta semana la expectativa de aprender herramientas para “minimizar” los riesgos a los que se exponen en su trabajo diario, con su participación en un seminario que se realiza en Campo de Mayo, Buenos Aires.
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Treinta y un periodista becados por la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, tienen esta semana la expectativa de aprender herramientas para “minimizar” los riesgos a los que se exponen en su trabajo diario, con su participación en un seminario que se realiza en Campo de Mayo, Buenos Aires. Antes de partir hacia la base de Caecopaz, centro de entrenamiento militar de “cascos azules”, el pasado domingo los periodistas provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Venezuela discutieron sobre peligros y riesgos profesionales. Asimismo, Ricardo Trotti, director de Libertad de Prensa de la SIP, coordinó la actividad, en la que se destacaron emotivos testimonios de los periodistas y reporteros gráficos y se discutieron los principios de la Declaración de Chapultepec y de la Carta de Aspiraciones, documentos de la organización hemisférica sobre libertad de prensa y ética periodística respectivamente. Daniel Salinas Basave, reportero del diario Frontera, Tijuana, México, dijo que “recordaremos el 2008 como el año en que el chaleco antibalas se transformó en un instrumento de trabajo para los periodistas de Frontera. Cierto, el periodismo en Tijuana jamás ha sido un oficio seguro, pero no es exagerado afirmar que nunca como ahora se había vuelto tan riesgoso”. Salinas afirmó la existencia de una amenaza latente de ser víctima de alguna agresión de parte del crimen organizado o mandos policíacos corruptos, como represalia a alguna publicación, “es algo con lo que de una u otra forma hemos convivido siempre”, puntualizó. Agregó que “lo que por desgracia se ha vuelto cotidiano, sobre todo para fotógrafos y reporteros policíacos, es encontrarse en medio de fuegos cruzados y cubrir de cerca cruentos combates propios de una guerra. Desde un tiempo para acá, las calles de Tijuana se han transformado en campo de batalla”. Para Brigitte Colmán, del diario Última Hora, de Asunción, Paraguay, los riesgos mayores los sufren los periodistas que ejercen alejados de la capital del país. “Lejos de Asunción, donde se concentran los medios, estos periodistas deben sobrevivir en ciudades y pueblos dominados por las distintas mafias: política, de la droga, de las grandes entidades binacionales (Itaipú y Yacyretá), los narco ganaderos, los grupos económicos, etc. En estos lugares los reporteros son conocidos y por ello, expuestos a las reacciones que provocan sus publicaciones”. Por su parte, el periodista Eduardo Valdez Verde, del diario Noroeste, de Culiacán, estado mexicano de Sinaloa, donde hace una semana el diario El Debate sufrió un atentado con granadas, dijo que “encajuelado", "levantado", "acribillado" y ahora, "descabezado", se han convertido aquí en palabras de uso corriente, incluso para los niños. “A los enfrentamientos a balazos entre narcotraficantes, se han sumado las amenazas y extorsiones telefónicas contra la población civil y los ataques contra funcionarios públicos que, se supone, deberían estar más seguros que cualquier otro ciudadano. Así se trabaja en Sinaloa. Así se reportea en estas tierras donde no sólo los periodistas, sino toda la comunidad sale a la calle rogando a Dios no cruzarse en el camino de una bala perdida”. Entre otros periodistas asistentes al Curso, Norka Peralta Liñán, redactora de El Comercio, Lima, Perú, expresó que el “boom” de las explotaciones mineras y petroleras en su país ha dado origen en los últimos años a diversos conflictos entre las empresas extractivas y las poblaciones que habitan los lugares a ser explotados. “Ello ha supuesto en la mayoría de los casos batallas campales, la destrucción de infraestructura pública y privada, el bloqueo de vías, muertos y heridos. Ciertas dependencias del Gobierno, como la Presidencia del Consejo de Ministros y la Defensoría del Pueblo, intentan crear mecanismos para prevenir y solucionar esos conflictos”. “Los periodistas --añadió Peralta-- nos enfrentamos al reto de informar con responsabilidad antes, durante y después de cada conflicto. No hacerlo correctamente supone el serio riesgo de azuzar las pasiones y los intereses que siempre existen detrás”. El seminario terminará el viernes 27 de noviembre con un asado de camaradería que ofrecerán los militares instructores, entre ellos el teniente coronel Marcelo Ferrenti, a los nuevos “soldados – periodistas” como muchos de los reporteros que pasaron por los 11 seminarios de la SIP y Caecopaz, se han autodenominado. Este proyecto de la SIP está respaldado por la Fundación Knight.

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