30 Outubro 2012
Montevideo esquina Buenos Aires
Lo usaron, dice: Yo nunca maté a nadie ni torturé a nadie. Empero, Agustín Efraín Silvera, presunto agente de la Policía Federal Argentina retirado después de siete años de servicio, admite que estuvo implicado, o complicado, en un crimen horrendo, brutal, espantoso. Propio de una era en la cual la vida valía poco. O nada. Como nada, o poco, valían las certezas sobre los autores y las causas. Como poco, o nada, valía la libertad. Nada, o poco, valía todo, en realidad.
Yo me encargué de Michelini con otra gente dice el tal Silvera. Todo lo que tenía que hacer era seguirlo y averiguar dónde iba y a qué hora, y esas cosas. El senador comía casi siempre en un restaurante de la calle Maipú que era de unos uruguayos. Salía del hotel donde vivía, iba al restaurante, almorzaba, a veces volvía al hotel y otras veces