22 Abril 2010
Solidaridad, unidad y símbolo
No avanzaremos mucho en la lucha contra los crímenes contra periodistas y la impunidad que los rodea, si no se incentiva un sentido de unidad y solidaridad entre los medios de comunicación y los periodistas dentro de un país. Tampoco sin una estrategia entre organizaciones internacionales defensoras de libertad de prensa para apoyar esos dos valores.
Presentación ante la Cumbre Global contra la Impunidad que se celebró del 20 al 21 de abril en Nueva York.
No avanzaremos mucho en la lucha contra los crímenes contra periodistas y la impunidad que los rodea, si no se incentiva un sentido de unidad y solidaridad entre los medios de comunicación y los periodistas dentro de un país. Tampoco sin una estrategia entre organizaciones internacionales defensoras de libertad de prensa para apoyar esos dos valores.
Se hace imprescindible para esta lucha sobre los asesinatos contra periodistas y la impunidad, poseer una identidad de causa y de grupo que sirva de símbolo para aunar esfuerzos, así como lo tienen otras causas ciudadanas, como la lucha contra el Sida, el cáncer de mama o el calentamiento global, entre otras.
En mis 15 años de trabajo a través de la SIP y su proyecto Contra la Impunidad, que nació en 1995, he experimentado muchísima frustración y desesperanza. No solo por toda la violencia y los 385 asesinatos en las últimas dos décadas y el elevado índice de falta de justicia en esos casos; sino también por la falta de preparación, negligencia y profesionalismo de algunos medios y periodistas, por la indefensión y desprotección a la que están sometidos, así como la falta de solidaridad y unión que existe entre muchos periodistas y medios de un país, lo que debilita las defensas de la profesión.
Considero que los legisladores, los jueces y otras autoridades estatales son relativamente permeables a la influencia y presión de grupos internacionales. Sin embargo, es la opinión pública de un país la que puede ejercer la mayor presión sobre un gobierno, cuando es gobernada adecuadamente por medios de comunicación y asociaciones periodísticas fuertes capaces de vender una idea. En ese sentido, hay numerosos ejemplos de fortaleza y liderazgo institucional en nuestros países, por causas a favor de la libertad de prensa: FLIP y Andiarios en Colombia, ADEPA y FOPEA en Argentina, IPyS y Consejo de la Prensa Peruana en Perú, entre otros grupos.
Creo que en países donde falta esta unión, solidaridad y sentido corporativo, tal el caso de México, se puede observar que los resultados son escasos a pesar de los grandes esfuerzos y recursos invertidos. Es un país donde se puede hacer mucho, pero poco se logra al no haber instituciones de prensa fuerte o sentido corporativo de parte de los medios más importantes y de referencia, que puedan amalgamar las voluntades de todos.
Tampoco se trata de desvincular la influencia y apoyo internacionales. Siempre se necesitará la perspectiva diferente e independiente de asociaciones internacionales que contribuyan a través de monitoreo, investigaciones, entrenamiento, campañas de concientización, solidaridad y elevar los problemas a estándares supranacionales como ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Todo es necesario y complementario.
Nuestra experiencia en México con la SIP, luego de más de una decena de encuentros regionales entre editores y periodistas, y decenas de foros y seminarios de entrenamiento, y monitoreo e investigaciones constantes, es que están dadas las condiciones para alcanzar metas importantes. En los medios y entre periodistas existe conciencia sobre las debilidades y fortalezas en la profesión, tanto de carácter laboral, salarial como ética; así como también sobre las fallas que tiene el Estado para administrar justicia, combatir el crimen y proteger la libertad de expresión. El diagnóstico está hecho.
Lo que ahora se necesita es más que un diagnóstico, sino una estrategia mancomunada de lealtad a la profesión y de concientización de la opinión pública sobre la necesidad de resguardar la libertad de expresión, buscando alternativas concretas ante la autocensura y el crimen organizado.
Más allá de los esfuerzos nacionales o regionales, tratando de redondear una idea en esta Cumbre Global contra la Impunidad 2010 organizada por el Comité de Protección de Periodistas en Nueva York, propongo buscar un consenso sobre la creación de un símbolo que nos ayude a todos a identificarnos tras la causa de esta lucha. Como idea y punto de partida, propongo considerar una cinta de solapa blanca con tipografía en negro que incluya letras de diferentes alfabetos, además de una arroba, connotando la universalidad y pluralidad de nuestra lucha.