CARIBE

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ANTIGUA & BARBUDA Desde el cambio de gobierno ocurrido el pasado 23 de marzo ha habido una prolongada agitación en el canal estatal ABS-TV, la única estación local. Usados principalmente como herramienta propagandística del Partido Laborista de Antigua (ALP), los empleados del canal, que están bajo la administración del Partido Progresista Unido, se encuentran divididos en dos bandos. Como resultado de ello, se vienen observando ausencias por enfermedad, retrasos en la emisión de noticias, desinformación y, últimamente, acusaciones sin fundamento de interferencia política en las noticias. El único otro hecho que se presenta en Antigua es que las instalaciones de Radio Grenville, de propiedad de Bird, aliado al opositor ALP, han sido desconectadas por incumplimiento de pago. Grenville había dejado de pagar sus deudas durante décadas. Los directivos de la emisora sostienen que están siendo amordazados. El caso está en los tribunales. Con el famoso caso del Observer Radio ante el Privy Council (Tribunal de Apelaciones) allanándole el camino, la televisora ha pasado por una revolución. Entre otras iniciativas que se han presentado se encuentran diarios y revistas, uno de ellos en español; una nueva compañía de televisión por cable y la adquisición de CTV, anteriormente de propiedad de la familia Bird. LAS BAHAMAS Nada ha sucedido en este último año que haya podido afectar la libertad de prensa en las Bahamas. En términos generales, la situación continúa siendo satisfactoria. BARBADOS El país sigue gozando de libertad de prensa. No hay obstáculos para el ejercicio de la profesión periodística. Las únicas limitaciones que existen se refieren a la mayor tensión que se percibe en las relaciones entre un gobierno que ya está en su tercer período y una prensa vigilante que puede informar sobre temas que podrían ser motivo de vergüenza pública para algunos ministros del gobierno. GUYANA Dos diarios de propiedad privada, el Stabroek News y el Kaieteur News, así como varios canales de televisión privados operan libremente, sin censura ni interferencia. Los medios gozan de un alto grado de libertad. Sin embargo, hace poco el gobierno suspendió la licencia a CNS Canal Seis por un mes, aduciendo que dicho canal cubrió las inundaciones que afectaron al país de manera sumamente irresponsable y que a pesar de las discusiones sostenidas verbalmente, éste no había modificado su proceder. El canal ha recurrido a los tribunales para exigir el levantamiento de la suspensión. La cobertura en cuestión no fue clara, pero según algunos comentaristas, la suspensión resulta excesiva e injustificada, a menos que en la cobertura de la noticia se incite a la violencia, lo cual no se dio. Actualmente el canal ya ha reanudado sus transmisiones. Lo que sigue constituyendo una mancha es el hecho que el gobierno mantenga el monopolio radial que heredó del gobierno anterior, hace doce años. Desde hace cierto tiempo se viene prometiendo una nueva legislación de telecomunicaciones y, según un vocero del gobierno, cuando ésta se apruebe se emitirán licencias para las radios privadas. Este proceso, que viene dilatándose mucho, completaría la liberalización de los medios. JAMAICA Sigue existiendo una creciente preocupación en torno a leyes desactualizadas sobre difamación que permiten la imposición de grandes multas a los medios. Hay varios casos de apelaciones pendientes en los tribunales. La Asociación de Medios de Jamaica (MAJ) viene elaborando un proyecto de Ley de Difamación para su presentación ante el gobierno de P.J. Patterson. En él se proponen cambios a la actual legislación de difamación. Mientras tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha acogido una apelación presentada por Dudley Stokes, ex director ejecutivo de The Gleaner Company, contra el gobierno de Jamaica. En la petición se acusa a Jamaica, miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde 1969, de múltiples violaciones de la Convención Americana de Derechos Humanos relacionadas con el papel desempeñado por el gobierno en el exitoso juicio por difamación entablado contra el diario y su ex director por el ex ministro de Gobierno Anthony Abrahams, quien ahora dirige un programa de entrevistas. El jurado del referido juicio, que se ventiló en 1996, impuso una reparación por daños ascendente a $80 millones, la suma más elevada impuesta en un caso de difamación o daños personales en toda la historia del país. Luego de la apelación presentada, la suma se redujo a $35 millones por considerarse que la suma original era excesiva. El Dr. Stokes y el diario apelaron ante el Privy Council del Reino Unido (Tribunal de Apelaciones), el cual emitió su dictamen en julio del año pasado ratificando el monto de la reparación. La suma fue finalmente pagada. Abrahams, ex ministro de Turismo durante el gobierno del Partido Laborista de Jamaica (JLP) en la década de los ochenta, demandó por difamación a The Gleaner Company y al Dr. Stokes, el 23 de setiembre de 1987, luego de la publicación de tres notas sobre supuestos sobornos presentadas por la agencia Associated Press (AP). Pasando a otros temas, existe preocupación por la posición de algunas grandes compañías que a menudo amenazan con retirar su publicidad cuando el medio cubre un tema de una manera que ellos consideran negativa. TRINIDAD La libertad de prensa sigue floreciendo en gran medida en Trinidad y Tobago.

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