La prensa dominicana no está viviendo su mejor momento, a pesar de que, en términos generales, la libertad de expresión se ejerce sin restricciones.
En los últimos meses, sin embargo, dos importantes publicaciones semanales, las revistas Rumbo y Ahora, miembros de la SIP, se vieron obligadas a cerrar como consecuencia de la crisis económica nacional que antes provocó también el cierre de otros tres periódicos: El Expreso, Última Hora y El Financiero, lo que significa menos ventanas abiertas al pluralismo en las ideas y opiniones.
En aplicación de la ley sobre lavado de activos, las autoridades ocuparon los periódicos, plantas de televisión y radiodifusoras que pertenecían al quebrado Banco Intercontinental, entre otras de sus propiedades. El centenario Listín Diario continúa publicándose bajo una nueva administración y un nuevo director, ambos designados por el gobierno. Al igual que ha ocurrido con las dos poderosas plantas de televisión así ocupadas, y las numerosas radiodifusoras igualmente intervenidas, el Listín Diario muestra una evidente línea editorial e informativa favorable a la política oficial del presidente Hipólito Mejía, quien busca ser reelegido por un nuevo período constitucional de cuatro años a partir del 16 de mayo próximo.
En el ámbito periodístico se denuncia que, recostado de la ayuda financiera que recibe del Gobierno y del Banco Central, Listín Diario puede mantener tarifas de publicidad muy bajas, que revelan un dumping en perjuicio de los medios impresos independientes, lo que va en desmedro de la salud económica de los medios independientes y, en consecuencia, de la libertad de prensa.
En febrero de 2004 el programa de corte político El Poder de la Tarde fue suspendido en Cielo F.M., una de las radiodifusoras intervenidas por el Gobierno, debido a su contenido crítico para con las autoridades. El administrador oficial de la emisora reveló que el cierre obedeció a órdenes del Director de Prensa de la Presidencia. Ante la protesta generalizada contra esta medida, la Vicepresidenta de la República ordenó la reapertura del programa, pero sus productores prefirieron mudarse a una radioemisora independiente.
Madrid, Espanha